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Xyrah requiere pocos cuidados, pero bastante afecto. Es normal que quiera dormir con alguno de vosotros en la cama, y explorar todas vuestras bolsas y ropa. Mantenedlas cerradas si no queréis que se llenen de pelos...
Comida
La comida se guarda en la librería, sobre sus comederos.
En la despensa hay más provisiones de comida húmeda, y en un gran saco tras la puerta del cuarto de invitados más comida seca.
Come un sobre de comida húmeda al día, dividido en dos tomas: la mitad por la mañana temprano, la otra mitad hacia las ocho de la tarde. (Si llegáis más tarde a casa no pasa nada, pero os pedirá la comida nada más entrar).
Antes de acostarnos le damos un puñadito de comida seca, que no siempre se termina.
No le dejamos agua, porque nunca la toma. Prefiere robarla del váter o, mejor aún, de la jarra que dejéis por la noche sobre la mesa del salón.
Arena
La arena de la gata está en el balcón, al que accede por una gatera en la puerta de la cocina.
La arena la guardo en el armario de la caldera, en la cocina. Más provisiones tras la puerta del cuarto de invitados.
Las instrucciones dicen que hay que limpiar la arena cada día, con la pala con ranuras que está al lado de su caja, pero en la práctica yo lo que hago es cambiarle toda la arena cada tres o cuatro días, por pereza.
Cuando vacío la caja completamente, la relleno con algo más de medio paquete de arena.
Viajes
Si nos vamos durante un par de días, le dejamos la cantidad correspondiente: un sobre de comida y un puñado de croquetas por día.
La comida húmeda se seca pronto, así que no conviene dejar más de dos sobres a la vez. En cualquier caso, si se la deja sola demasiado tiempo lo pasa mal, así que si os vais de excursión varios días hay que hablar con el vecino de al lado (Onur) para que se encargue él.
Onur sólo habla holandés y turco, es muy joven para hablar bien inglés, pero está acostumbrado a cuidar de Xyrah, e incluso por signos y señalando un calendario entenderá de qué se trata. Si hace falta, podemos llamarlo nosotros. Él se encargará de Xyrah antes de que lleguéis, y los días de después.
Pero él nunca limpia la arena, sólo le llamo para cuidados breves, así que cuando lleguéis será de lo primero que Xyrah necesite, tras varios días de estar sola.
Peculiaridades
Muy de vez en cuando, estigmatizada por su infancia salvaje antes de que la adoptásemos, Xyrah se lanza voraz sobre la comida y la engulle muy rápido para luego retirarse a un rincón, vomitar todo, y comerlo con calma, como si fuese un rumiante.
Si sucede eso, lo mejor es dejarla tranquila un rato para darle tiempo a comerse lo más posible: así habrá menos que limpiar.
Muy rara vez vomita sobre algo que no sea el suelo, y afortunadamente no tenemos alfombras, así que limpiarlo es muy fácil.